No bebo. Quiero decir que no me gusta el vino, ni tomarme un chupito después de la comida, ni siquiera una cerveza fresquita. Sólo me tomo un par de copas una vez al año, cuando salgo con mis amigas en verano para recordar que aún somos jóvenes.
Para compensar, me encanta el chocolate. Por eso, en lugar de licor café, me tomo vasitos de chocolate. Eso sí, con estos me agarraría una buena "moña".
INGREDIENTES:
- 3 yemas de huevo
- 500 ml. de leche
- 75 gr. azúcar
- 25 gr. de mantequilla
- 2 cucharadas de Maizena
- 2 cucharadas de cacao puro en polvo
- Nata para montar
ELABORACIÓN:
En un cazo, mezclamos bien las yemas con el azúcar y la maizena. Añadimos la leche, lo ponemos al fuego y mezclamos bien con un batidor. Agregamos el cacao y seguimos removiendo hasta que hierva y espese. Retiramos del fuego y, por último, incorporamos la mantequilla.
Llenamos unos vasitos o unas copas con la crema de chocolate sin llegar al borde y dejamos enfriar.
Por otro lado, con la batidora montamos la nata con azúcar a gusto. Echamos la nata en una manga pastelera y decoramos con ella el vasito.
Para la "versión express" podemos utilizar nata en spray, justo antes de servir.
Para decorar, espolvoreamos con cacao en polvo o canela y una bolita de chocolate.
Esta sería la versión casera de la típica "copa de chocolate y nata", hecha con más cariño y en una dosis "matagusanillo".
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