A estas alturas ya os habréis dado cuenta de que soy muy golosa. Las tartas de queso son mis preferidas, sobre todo las que no necesitan horno, y también soy adicta al chocolate. Por eso cuando encontré esta receta en "Mi dulce tentación", que combina lo mejor de estos dos caprichos, no me pude resistir a hacer mi versión.
INGREDIENTES:
- 150 gr. de galletas digestive.
- 70 gr. de mantequilla.
- 1 terrina de queso de untar de 300 gr.
- 1 yogur griego de 200 gr.
- 100 gr. de azúcar.
- 200 ml. de nata para montar
- 3 hojas de gelatina neutra
- 3 barritas de chocolatinas mars.
- Caramelo líquido
- Avellanas
Trituramos las galletas y las mezclamos bien con la mantequilla derretida. Vertemos en un molde desmontable y la extendemos, aplastándola para formar la base. Enfriamos en la nevera.
En un bol, hidratamos las hojas de gelatina con agua fría unos 15 minutos. Picamos las barritas de mars y las reservamos. Montamos la nata y, por otro lado, batimos el queso y el yogur con el azúcar.
Escurrimos la gelatina, la disolvemos en un poco de leche caliente, y la incorporamos, poco a poco y sin dejar de batir, a la crema de queso. Añadimos la nata con movimientos envolventes hasta mezclar todo bien.
Para montar la tarta, vertemos la mitad de la crema sobre la base de galleta, esparcimos las chocolatinas por encima, reservando algunas para decorar y echamos por encima el resto de la mezcla. Introducimos la tarta en el frigorífico y la dejamos enfriar varias horas para que cuaje.
A la hora de servir la tarta, la desmoldamos y decoramos con las chocolatinas picadas, unas avellanas e hilos de caramelo líquido.
Las chocolatinas y las avellanas le dan un toque sorprendente a la tarta, pero también estaría muy buena sin ellas. La próxima vez, las sustituiré por bayas y mermelada de frutas del bosque, para conseguir una versión diferente.
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